¿Por qué es importante la educación vial para niños?
¿Los niños necesitan recibir educación
vial?
Si queremos apostar por la máxima seguridad de nuestros hijos, una
de las alternativas a tener en cuenta es motivar la transmisión de estos
valores en los centros docentes y el núcleo familiar para que ellos sepan cómo
desenvolverse en las calles de la ciudad. Os hablamos de ello en nuestro
blog de Educación.
Un programa de seguridad vial, como parte
integrante en la educación de los alumnos desde temprana edad en todo centro
docente, tiene contemplada su relevancia en la Ley orgánica de Educación 2/2006
de 3 de mayo, en cuyo preámbulo se hace referencia a la necesidad de poner en
práctica en las diferentes etapas de desarrollo de los alumnos a nivel de
formación, lo que se recoge literalmente como “educación en valores con
carácter transversal a todas las actividades escolares”.
Uno de los pilares fundamentales de esta educación en
valores a la que se alude en estas primeras líneas guarda relación con la
transmisión de conocimientos en seguridad vial, incluida en todos los
currículos de las diferentes comunidades autónomas como en las enseñanzas
mínimas puestas en marcha desde el Ministerio.
¿Para qué sirve la educación vial?
La educación vial tiene como principal objetivo
potenciar y desarrollar destrezas intelectuales y ciertas habilidades para que
los pequeños sepan cómo han de desenvolverse de ahora en adelante en la vía
pública, ya sea como un mero peatón o cuando ya tengan edad para conducir un
vehículo.
Más allá de los centros docentes, es muy importante que
los propios progenitores también pongan de su parte, aunque sea mínimamente,
con objeto de que sus hijos puedan desarrollar valores, actitudes y normas
de comportamiento vial durante sus primeros años.
La necesidad de que los adultos acompañen a los pequeños
para moverse por las calles de la ciudad responde básicamente a que los menores
en sus primeros años todavía no han desarrollado su percepción sensitiva,
su capacidad para razonar, habilidades en psicomotricidad o para tomar
decisiones con respecto a lo que se puede hacer frente a cualquier
problema u obstáculo que se produzca en las carreteras.
¿Qué aprendemos en educación vial para niños?
Los contenidos que giran en torno a la educación
vial y que podrían recibir nuestros pequeños en los centros docentes van
encaminados, por ejemplo, a definir lo que es una vía pública, dejando bien
clara su tipología, características y partes fundamentales, así como nociones
básicas sobre las normas de circulación y principales señales de tráfico.
Como se dijo en líneas anteriores, se intentará
desarrollar ciertas destrezas y señales de alerta para moverse como peatón en
la ciudad, los posibles riesgos de los accidentes de tráfico o, incluso, los
beneficios que una movilidad sostenible puedan proporcionar.
Juegos en educación vial para niños
Todos los juegos y actividades que puedan
desarrollarse, combinando tanto aspectos lúdicos como meramente informativos,
deberán estar adaptados en todo momento a cada grupo de edad, considerando cuál
es su nivel de independencia y conocimientos sobre la materia.
La idea de este tipo de actividades es recrear
situaciones reales que el niño pueda encontrarse tanto en un entorno rural
como urbano para que de esta forma sepa lo que debe y no debe hacer en cada
tipo de situación, cuál es el significado principal de las señales de
tráfico con las que se encontrará en el camino, cuáles son las actitudes
más seguras que podemos llevar a la práctica y, por supuesto, fomentar el respeto a
los demás, uno de los valores que muchas veces, tanto peatones como conductores
no suelen tener en cuenta y que es conveniente potenciar y transmitir desde
edad temprana.
Otros valores importantes son la convivencia,
la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad y en definitiva, favorecer en
todo momento las relaciones humanas en la vía pública.
¿Los niños necesitan recibir educación
vial?
Si queremos apostar por la máxima seguridad de nuestros hijos, una
de las alternativas a tener en cuenta es motivar la transmisión de estos
valores en los centros docentes y el núcleo familiar para que ellos sepan cómo
desenvolverse en las calles de la ciudad. Os hablamos de ello en nuestro
blog de Educación.
Un programa de seguridad vial, como parte
integrante en la educación de los alumnos desde temprana edad en todo centro
docente, tiene contemplada su relevancia en la Ley orgánica de Educación 2/2006
de 3 de mayo, en cuyo preámbulo se hace referencia a la necesidad de poner en
práctica en las diferentes etapas de desarrollo de los alumnos a nivel de
formación, lo que se recoge literalmente como “educación en valores con
carácter transversal a todas las actividades escolares”.
Uno de los pilares fundamentales de esta educación en
valores a la que se alude en estas primeras líneas guarda relación con la
transmisión de conocimientos en seguridad vial, incluida en todos los
currículos de las diferentes comunidades autónomas como en las enseñanzas
mínimas puestas en marcha desde el Ministerio.
¿Para qué sirve la educación vial?
La educación vial tiene como principal objetivo
potenciar y desarrollar destrezas intelectuales y ciertas habilidades para que
los pequeños sepan cómo han de desenvolverse de ahora en adelante en la vía
pública, ya sea como un mero peatón o cuando ya tengan edad para conducir un
vehículo.
Más allá de los centros docentes, es muy importante que
los propios progenitores también pongan de su parte, aunque sea mínimamente,
con objeto de que sus hijos puedan desarrollar valores, actitudes y normas
de comportamiento vial durante sus primeros años.
La necesidad de que los adultos acompañen a los pequeños
para moverse por las calles de la ciudad responde básicamente a que los menores
en sus primeros años todavía no han desarrollado su percepción sensitiva,
su capacidad para razonar, habilidades en psicomotricidad o para tomar
decisiones con respecto a lo que se puede hacer frente a cualquier
problema u obstáculo que se produzca en las carreteras.
¿Qué aprendemos en educación vial para niños?
Los contenidos que giran en torno a la educación
vial y que podrían recibir nuestros pequeños en los centros docentes van
encaminados, por ejemplo, a definir lo que es una vía pública, dejando bien
clara su tipología, características y partes fundamentales, así como nociones
básicas sobre las normas de circulación y principales señales de tráfico.
Como se dijo en líneas anteriores, se intentará
desarrollar ciertas destrezas y señales de alerta para moverse como peatón en
la ciudad, los posibles riesgos de los accidentes de tráfico o, incluso, los
beneficios que una movilidad sostenible puedan proporcionar.
Juegos en educación vial para niños
Todos los juegos y actividades que puedan
desarrollarse, combinando tanto aspectos lúdicos como meramente informativos,
deberán estar adaptados en todo momento a cada grupo de edad, considerando cuál
es su nivel de independencia y conocimientos sobre la materia.
La idea de este tipo de actividades es recrear
situaciones reales que el niño pueda encontrarse tanto en un entorno rural
como urbano para que de esta forma sepa lo que debe y no debe hacer en cada
tipo de situación, cuál es el significado principal de las señales de
tráfico con las que se encontrará en el camino, cuáles son las actitudes
más seguras que podemos llevar a la práctica y, por supuesto, fomentar el respeto a
los demás, uno de los valores que muchas veces, tanto peatones como conductores
no suelen tener en cuenta y que es conveniente potenciar y transmitir desde
edad temprana.
Otros valores importantes son la convivencia,
la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad y en definitiva, favorecer en
todo momento las relaciones humanas en la vía pública.
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